viernes, 24 de julio de 2009

Vacaciones en otoño

¡Odio la superstición decadente!
como un lobo al caer del sosiego en su alma
Odio lo ordinario y lo intangible
el sol rancio que se reitera en la suciedad del vulgo
las lágrimas del mañana que no cesan la habladuría de los bosques
mientras el desarraigo de la tormenta mira soñar al sol.
La escuela protesta por la gravedad de las silabas.
La fauna es un invento del ciego que emigra por el epígrafe glacial
¿se podrá odiar con todo y nuestro deseo carnal?
La soledad tiene hambre de años cuya fragancia sueña el alba en el ocaso
es bueno odiar la moralidad en las febriles caricias del sátiro
cuando el mudo grita el cese de su fortísimo
¡Quisiera ponerme el miedo como perfume!
Palpar el pánico y destilar su aroma
El olor de los sueños
Escuchar las lágrimas de tu odio
donde ahora esta fumando tu ausencia
aquel regocijo del recuerdo con olor a café
ah, regocigo del recuerdo
ideas que llegan del viento del sur cuando el crepúsculo de menta vislumbra los altares con sabor a negro
es ahí cuando mis ojos piensan hoy es un gran día para morir.