lunes, 9 de noviembre de 2009

Formula del suplicio

¿Dónde quedaron los recuerdos del presente?
Tal vez aquí... en la alcoba del futuro
aquí donde la tormenta es un mañana clandestino
o allá, dónde el pasado desgarra la bazofía de la muerte,
donde quizá los halagos murieron en el atardecer del pasado
¿es aquí dónde merece morir vuelta nudos la poesía?
¿Es aquí dónde se llega al principio de la vida y se vive la muerte?
tal vez no sea claro el destierro en mi inefabilidad
tal vez las pinturas no son sólo falacias
y la vida rosal con su muerte adherida

La sed en las pisadas de mi antítesis giran cual abismo decadente
cuando la muerte pinta los despliegues de la vida.

La muerte del vulgo se volvío perenne al desgastar
Los nimios soles nocturnos.
La sonrisa de aquel enojo palpitante
Deambulando cual nube confusa.

La palabra es repulsión
asco empírico añadido al sutilísmo lascivo
en la sobras de la vida.

¿Y Dios, dónde queda?
tal vez no en mi
tal vez no en la muerte Dionisiaca
¿Es aquello pluriforme que no existe?
¿Es acaso aquella mezquindad que muchos necesitan?
¿Es acaso aquella fe ínfimamente sátira?
Tal vez no, tal vez no existe
Tal vez son inventos de la vida para combatir la muerte
Sólo un deseo maligno de morir viviendo

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